PARADOJA ESPACIOTEMPORAL
En la sala de espera no existes, solo esperas. De pequeño la odiabas. Era como entrar en un mundo suspendido, en el que las personas sentadas miraban por encima del hombro a las que, paradójicamente, les sacaban la cabeza esperando de pie. Un mundo atroz, de castas, presidido por la puerta del médico, ese oscuro …