El lugar de la espera
Debo empezar por abroncarme. Nunca debe dejarse un libro sin acabar. Y no solo porque sea una falta de respeto al esfuerzo y la dedicación del autor, sino porque hasta el rabo todo es toro, y, quién sabe, puede que el final te haga cambiar de opinión, como una revelación. Pero, igual que un plato …